Ocúpate en estas cosas,
para que tu aprovechamiento
sea manifiesto a todos
1 Timoteo 4:15 rv1960
El permanecer consistentemente enfocados en lo que Dios ha dispuesto en sus planes eternos realmente y sin dudarlo vale la pena! Nos podemos preguntar: ¿Es esto una tarea fácil? A menudo no lo es, pero si Jesús, nuestro «Admirable Consejero», lo enseñó una y otra vez mediante diferentes mensajes a sus discípulos, como el caso muy recordado de Pedro caminando sobre las aguas, logrando avanzar sobre ellas hasta que por miedo su fe flaqueara; y Pablo, quien bajo la inspiración del Espíritu de Dios, en su carta en 1 Timoteo 4:15 inspiró con persuasión a Timoteo, el hecho de enfocarse y ocuparse de las cosas eternas (estudiar y enseñar la Palabra, meditar en ella, dedicar tiempo para animar a otros que están debilitados en la fe…), para así progresar en la agenda de Dios; es indiscutible que vale la pena.
En mi libro y bajo la inspiración del Espíritu Santo he llamado a este terreno espiritual de enfoque total: «La Ciudad de los que caminan sobre las aguas«, y a medida que leas este artículo vas a entender mejor el por qué.
La Ciudad de los que caminan sobre las aguas es un espacio donde he estipulado en mi corazón seguir fielmente a Jesús, hasta donde Dios quiera y necesite que yo llegue; es una ciudad donde se firma espiritualmente una carta de compromiso con el propósito que Dios ha fijado a mi vida dentro de su Plan eterno, que me impulsa, me apasiona, y proyecta cada día a no desistir; a no rendirme; a persistir creyendo en la palabra de Dios; a perseverar; a defender mi identidad en Cristo; a no ceder ante las diferentes presiones; a no distraerme; a estar activo, alerta y vigilante, con la certeza que Dios cumplirá el propósito que se fijó tener para mi vida.
Es la Ciudad donde mi carta de navegación tiene un norte definido por un Plan eterno de Dios, así como un fundamento al cual está anclado todo lo que digo, decido y constrúyo; ese fundamento es mi ancla, y se llama Jesús.
Es la Ciudad donde la convicción de fe, que ha sido alimentada por la palabra de Dios en mi mente y en mi espíritu, me sostiene de manera fuerte para continuar sembrando y avanzando, así yo no vea nada, así las circunstancias sean adversas, así me sienta que no aguanto más y en casos: que mi ánimo desfallece.
Es la Ciudad donde tengo puestos mis ojos hacia adelante y no atrás: hacia arriba y no hacía abajo; en la eternidad; en la voluntad de Dios; en seguir a Jesús, en la verdadera recompensa de este camino, en lo que Dios me ha dado, en la consigna de mi corazón, en apoyar los sueños de Dios desplegados en nosotros. El enfoque en el propósito consiste en no desistir de mirar a Jesús para caminar por fe sobre las aguas, porque en el momento que desvíe la mirada, me hundo en la turbulencia de las aguas.
¡Enfocados llegamos!
Te invito a meditar en este artículo y a conocer más de este tema, en mi Libro Los 20 sellos de un pasaporte de conquista, un trayecto que te ayudará en la conquista de lo que te pertenece por fe.
No olvides compartir este artículo con otros, Dios te bendiga.