Un saludo a todos los lectores. Por la gracia de Dios estoy a muy poco de publicar mi segundo libro titulado «La transición del vino viejo al vino nuevo», y a modo de avance, quiero compartirles una serie sobre transición y su importancia. No se la pierdan. Próximamente anunciaremos la fecha de lanzamiento. Ahora, vamos con el post.
Comenzaré por poner una base sólida en la cual trataremos conceptos indispensables para entender transición y la necesidad de ser transicionados para poder producir un avance en nuestras vidas. Sin más, vamos a definir que es transición.
¿Qué es transición?
Para entender el concepto a fondo y poder desarrollarlo posteriormente, permítame exponer algunas definiciones que tomaremos como base. Las dos principales son:
- Situación – o estado intermedio – entre lo antiguo o pasado, y lo nuevo, a la que se llega tras un cambio.
- Paso de un estado o modo de ser a otro distinto.
De modo que, según lo que acabamos de definir, una transición es el modo de pasar de un razonamiento a otro. Es una transformación, metamorfosis, cambio de forma, o paso de nivel.
En términos de propósito y destino, es lo que marca la diferencia entre el lugar donde estás, y donde Dios te quiere llevar; o entre lo que has hecho y lo que Dios puede llevarte hacer.
Una transición siempre te llevará de un nivel a otro nivel
En términos de crecimiento personal, la transición es lo que marca la diferencia entre lo que produces y lo que puedes llegar a producir. Así que vemos como la transición tiene mucho que ver con movimiento, pero más que con mero movimiento, con avance de un lugar a otro donde estamos supuestos a llegar.