Si existe algo estático y dinámico en el tiempo, sin lugar a duda, esa es la Iglesia de Jesucristo. La palabra iglesia está en uso desde tiempos antiquísimo, pero con el correr del tiempo la idea alrededor de la misma ha ido cambiando constantemente. Si hablamos de iglesias cristianas nos encontraremos con un panorama vertiginoso, puesto que son miles las tendencias existentes. Pero hasta qué punto podemos decir que las iglesias actuales se ajustan a los principios revelados en las Escrituras. Si alguien piensa que una iglesia correcta es uno asociación del tercer sector, como puede ser una ONG, una empresa de desarrollo personal, o un club social, se equivoca. La grey de Dios es un producto celestial, diseñado en el cielo, cuyo gobierno es eterno y su dueño es el mismísimo Dios. Tras centurias de años, la iglesia de Jesucristo se ha visto amenazada por múltiples enemigos, entre los cuales han destacado la crueldad y el genocidio en los días del Imperio Romano, el imperialismo a partir de los días de Constantino y demás. Sin embargo, en pleno siglo XXI, la mayor amenaza tiene dos vértices, por un lado, la fuerza de la tradición y su burocratización, y por otro, el humanismo secular. Por lo que el panorama que se nos presenta nos muestra una imagen de la Iglesia muy lejos de su originalidad. Si bien existen las congregaciones cuyo fundamento es la tradición, no podemos obviar que, como reacción a dicho movimiento, reina la secularización, o mejor dicho “cristianismo on line”.
Pero a la luz de la Biblia no son válidas ni una postura ni la otra. Por lo que creo que para tener una imagen correcta de la grey de Dios es necesario una vuelta a las Escrituras, en las que nos ha sido revelado el diseño original por su Creador. A través del presenté trabajo nos hemos propuesto dejar de lado las ideas preconcebidas para ahondar, a la medida de lo posible, en la verdad revelada en la Sagrada Escritura. Es menester que el lector/a trate de quitar todos los filtros conceptuales previos, los cuales nos llevan a una interpretación subjetiva, a fin de que estemos en condiciones de apertura para reflexionar y permitir que el Espíritu Santo nos ilumine y nos lleve a la verdad.
El presente trabajo nace de un espíritu inquieto, desde la isla de la incertidumbre hacia el continente de la veracidad. Como cristianos que aceptamos la inspiración plenaria y verbal de la Sagrada Escritura, creemos que el único libro infalible es la Biblia, por lo que no pretendemos poseer la verdad absoluta. Sino más bien con humildad, apertura mental y espiritual nos acercamos a profundizar el texto bíblico. A modo que podamos interpretar y contextualizar partiendo de los principios fundamentales de una correcta hermenéutica, dando por válido el método gramático-histórico. Sólo nos queda inquietar al lector/a, ya que, tras la lectura del presente, se habrá comenzado a dar los primeros pasos en la temática concerniente a la Eclesiología.
Escrito por José Carmona Santiago.
