Has cambiado mi lamento en baile
desataste mi cilicio,
y me ceñiste de alegría – Salmo 30:11
Ciudad de los que cosechan gozosos, Libro Los 20 sellos de un pasaporte de conquista
Es un gozo interior que no es fácilmente descriptible…¡si!… un gozo que te inunda, que brota de lo invisible, de lo inconmovible, de la sobrenaturalidad de Dios, y que según la palabra de Dios «nada ni nadie te lo puede arrebatar», por más que lo intenten, siempre este gozo que viene del Espíritu Santo danzando en tu corazón, baila sin detenerse, y no es por nuestros propios medios que aflora, ni por nuestro «performance», es por lo que Dios es en y a través de nosotros, porque se expresa con poder, luz, restauración, sanidad y amor.
Es el gozo de saber que Dios nunca se detiene, que Jesús va delante, abriendo nuevos caminos. Es ese gozo que produce en mi ser su palabra, al decirme «en tu entrar, en tu salir; al amanecer y al anochecer; en el campo o en la ciudad; a donde quiera que vayas yo estaré contigo»; así de tremenda es su fidelidad.
En ti se regocijen los que aman tu nombre
Salmo 5:11
Nadie os quitará vuestro gozo
Juan 16:22b
Estas cosas os he hablado,
para que mi gozo esté en vosotros,
y vuestro gozo sea cumplido
Juan 15:11
Hoy deseo en mi corazón, que el gozo del Señor Jesús sobreabunde en todos los que leen este artículo para que con ese gozo cumplido lleven a cabo los deseos que Dios haya puesto en sus corazones.