Le dijo Jesús: Yo soy la resurrección y la vida; el que cree en mí, aunque esté muerto, vivirá. Y todo aquel que vive y cree en mí, no morirá eternamente. ¿Crees esto? Le dijo: Sí, Señor; yo he creído que tú eres el Cristo, el Hijo de Dios, que has venido al mundo. Lucas 11:25-27
Comenzaremos definiendo lo que es la fe:
Según la Biblia el significado que nos da lo encontramos en el libro de Hebreos 11:1 que dice: Es pues la fe, la certeza de lo que se espera, la convicción de lo que no se ve. En relación con el cristianismo la fe es una virtud relativa a la teología que consiste en afirmar la revelación de Dios.
Dicho esto, podríamos hablar mucho de la fe, de hecho es algo que siempre se habla vaya a la iglesia que vaya y conviva con la gente que conviva, no solamente creyentes sino que aun personas que no tienen una relación con Dios hablan de la fe. Pero al punto que yo quiero llegar en este escrito es que, es bueno hablar de la fe pero ¿en realidad tenemos fe? Se preguntará por qué le estoy diciendo esto y es por la misma razón que podemos hablar mucho de no hablar mentiras y quizás nosotros somos los primeros en mentir, pues lo mismo pasa con la fe. El hecho de que yo hable mucho de la fe no me garantiza de que yo tengo fe. Entonces ¿cuando yo sé que en verdad tengo fe? cuando me decido a creer por encima de mis imposibilidades y me despreocupo de lo que me falta porque yo se que tengo un Dios que suple mis necesidades.
Una persona que dice tener fe pero no tiene paz en su corazón, es una persona que vive en un mundo de fantasía donde todo es mentira.
Hoy en día necesitamos tanto la fe porque es la que nos va a garantizar de que lo que estamos esperando ciertamente vendrá. La fe es como nuestro sello de garantía en la cual depositamos nuestra confianza de que ciertamente aquello que estoy esperando, en algún momento u otro vendrá. Pero con qué nos encontramos hoy en día, con gente que por la razón que sea han perdido la fe, la cual es la única que nos puede dar una estabilidad en un mundo tan inestable y lleno de incertidumbre. Necesitamos la fe todos los días de nuestra vida.
¿Cómo aumentar mi fe?
Podemos aumentar nuestra fe en la medida que dejamos que Dios obre en nuestros corazones y dejar que nos transforme más a su imagen. Es por eso que Dios anhela que seamos personas de fe y que no dejemos que nada reemplace o quite nuestro enfoque de la misma. Y lo más importante, no pensar que Dios hará algo en nosotros mañana sino tener la plena convicción de lo que Dios hará en su vida HOY. ¡Hoy es el día de su milagro! pero le pregunto ¿tiene fe hoy?
Nuestra fe comienza en lo más profundo de nuestro corazón y nos impulsa a hablar y compartir todo lo que Dios ha hecho en nuestra vida. Es decir, en la medida que hablamos de las maravillosas obras de Dios, nuestra fe crece cada vez más. Dios hace cosas nuevas todos los días, por eso es imprescindible estar enfocados en tener fe hoy. Luego según vamos creciendo en nuestro caminar con Jesús, la fe se manifiesta a través de nuestras acciones, palabras y decisiones.
Le pregunto de nuevo: ¿TIENE FE HOY?