ENFOCADOS

Estar enfocados nos puede conducir al éxito pero a muchos hoy en día nos cuesta estar enfocados ¿verdad? pequeñas cosas nos suelen distraer y hacen de que apartemos nuestra mirada en aquello a lo cual estabamos enfocados. Se dice de que hacía donde nuestros ojos miren hacía ahí van a ir nuestros pies es por eso que debemos de tener un enfoque seguro y bueno. Ahora, existen muchos enfoques que son erróneos y uno de ellos es fijar nuestra mirada en nosotros mismos, conozco a muchas personas que caminaban en el poder sobrenatural de Dios, que se dejaban usar por Dios, que le prestaban la boca a Dios pero que de un momento a otro se desenfocaron y cayeron. Lucifer perdió de ser quien era y perdió de hacer lo que había sido creado para ser cuando dejó de ver al que está sentado en el trono, la biblia dice de que fue destronado del cielo cuando empezó a verse a sí mismo, cuando miró y contempló su hermosura. El estar enfocados en nosotros mismos o en nuestro entorno en todo lo que nos rodea, e incluso estar enfocados en personas de carne y hueso como tú y yo, seres imperfectos; sufriremos decepciones, viviremos una vida miserable, angustiados, deprimidos, debido a que nosotros muchas veces decepcionamos y que las personas nos fallan, lo cierto es que esta vida no se trata de ti ni de mí, no se trata de lo que yo pueda hacer, no se trata de lo que yo pueda ganar, se trata de Jesús, de poner nuestra mirada en aquel que hace todo lo sobrenatural.

Quiero hacer énfasis en dos tipos de enfoques y para ello voy a usar de ejemplo dos grandes hombres de la Biblia que temían a Dios, que amaban a Dios pero curiosamente tenían enfoques diferentes; y ellos son PEDRO Y ESTEBAN:

Hablemos de Pedro

Sabemos que Pedro era uno de los discípulos que Jesús había escogido para andar y caminar con Él. Pedro era testigo de los milagros que hacía Jesús, presenció muchos de ellos o todos en todos sus sentidos. En el libro de San Mateo 14 nos dice que Jesús les dijo a sus discípulos que fueran a la otra ribera entre tanto que Él despedía a la multitud, la historia nos dice de que Jesús subió al monte a orar y estuvo ahí toda la noche, los discípulos salieron obedeciendo las palabras de su Maestro, cuando estaban en medio del mar con la barca; de repente se desató una gran tormenta a tal punto que los discípulos pensaron que iban a morir pero no, ahí justamente apareció Jesús en medio del mar en el momento justo; porque eso haré Jesús APARECER EN EL MOMENTO CUANDO PENSAMOS DE QUE VAMOS A MORIR. El caso es que sus discípulos se llenaron de mucho miedo pensando de que era un fastasma el que estaba en el mar, a mí en lo personal me da mucha inquitud esto porque ¡eran sus discípulos! y se asustaron, pero pude llegar a la conclusión de que sus discípulos conocían a un Jesús haciendo milagros, sanando, liberando etc pero no conocían esa faceta de Él; aquí puedo entender de que Dios nunca deja de sorprendernos. Seguidamente vemos a un Pedro desafiando las leyes de la gravedad, ya conocemos la historia, se produjo el milagro más grande que Pedro había visto en su vida, caminar sobre el agua. Pero ese milagro duró muy poco porque pasó algo que Pedro no tenía en cuenta.

Pero al ver el fuerte viento, tuvo miedo, y comenzó a hundirse, dio voces, diciendo:¡Señor, sálvame!  San Mateo 14: 30

Pedro se desenfocó, dejó de ver a Jesús y puso su mirada, agudizó sus oídos, fijó su atención su mente en el viento y a raíz de este desenfoque Pedro se hundió que le tocó a Jesús salvarlo de un ahogamiento seguro. Si miramos el relato con detalle, podemos notar que Pedro salió de la barca al escuchar la voz de Jesús, sin embargo se detuvo cuando empezó a considerar todo lo que se encontraba a su alrededor, quitó la mirada de Jesús y se olvidó del principio básico, que andamos por fe y no por vista. 

Porque por fe andamos, no por vista (2 Corintios 5:7).

Por lo tanto, a fin de mantener nuestra fe en medio de las tormentas, mantengamos los ojos en el poder de Cristo y no en nuestra incapacidad.

Ahora hablemos de Esteban

Esteban es mencionado por primera vez en el libro de Hechos de los apóstoles como uno de los siete diáconos elegidos por los apóstoles para distribuir comida y caridad entre los miembros más pobres de la comunidad de la iglesia primitiva, mientras ellos se ocupaban de predicar y de expandir el evangelio. Esteban fue elegido por ser un hombre de buen testimonio, lleno del Espíritu Santo y de sabiduría. (ver historia en Hechos 6 y 7) 

Si leemos bien la historia vamos a encontrar de que muchos querían acusarle acerca de lo que hablaba de Jesús pero nadie podía con él por la enorme sabiduría que tenía. Cuando alguien no encuentra fallas en nosotros, se inventaran cualquier tipo de cosas con tal de vernos destruidos pero lo que no saben es que su traición va a provocar que el cielo se abra a nuestro favor. Aunque los judios de diferentes orígenes disputaron con Esteban, él los convenció por medio de sus dones intelectuales (sabiduría) y el poder divino (Espíritu). Esteban fue llevado ante el concilio después de que los de la sinagoga no pudieron hacerle frente. De una discusión formal se pasó a un interrogatorio con formalidad legal. Pues tenían a Esteban como un blasfemo.  Mas sin embargo su discurso no convenció a los de la sinagoga y al concilio. Hay un marcado contraste o actitudes distintas, podemos ver por un lado a los que le acusaban llenos de odio y rencor, pero por otra parte vemos a Esteban lleno del Espíritu Santo y puesto los ojos en Jesús aun cuando sabía que le esperaba la muerte. Esteban hasta el último suspiro de su vida se enfocó en aquel que está sentado en el trono, yo creo que justamente en ese momento que estaba siendo apedreado a Esteban se le reveló lo que después Saulo (después conocido como el apóstol Pablo) iba a escribir en una de sus cartas de que el vivir es Cristo y el morir es ganancia (Filipenses 1:21)

 Me encanta la actitud de Esteban, desde el minuto uno hasta el último minuto de vida glorificó a Dios, se mantuvo firme a sus creencias, se mantuvo fiel a Dios. Aún en medio de su asesinato él no dejó de ver a Dios, las piedras no importaban, el dolor no importaba, quienes lo estaban apedreando no importaban; los cielos estaban abiertos y eso era aun más importante que cualquier otra cosa. 

Pero Esteban, lleno del Espíritu Santo, puestos los ojos en el cielo, vio la gloria de Dios, y a Jesús que estaba sentado a la diestra de Dios, y dijo: He aquí, veo los cielos abiertos, y al Hijo del hombre que está a la diestra de Dios. Hechos 7:55-56 

No se usted pero yo prefiero el enfoque de Esteban. Es tiempo de que nos retemos a nosotros mismos de que sin importar si estamos nadando en un mar de problemas, estemos dispuestos a ver AL QUE ESTÁ SENTADO EN EL TRONO. Porque sabes que:

El verdadero enfoque se da cuando ponemos nuestra mirada en Jesús. Y cuando hacemos esto los cielos se abren a nuestro favor como recompensa.

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Publicado por Jossy Martínez.

Con amor eterno te he amado; por tanto te prolongué mi misericordia. Jeremías 31:3.

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