Entendemos por «tiempo de calidad» darle a alguien toda la atención. Es sentarse mirando de frente, conversando y dándose toda la atención. Esto se ve claramente en las parejas de novios, pero se pierde en el matrimonio.
Para hablar este lenguaje es necesario dejar a un lado el periódico, la televisión o lo que sea que requiera nuestra atención, para enfocarnos únicamente en nuestros cónyuge, hijos, o padres. Es compartir lo que realmente le gusta y disfruta a el o ella.
Cuando el tanque emocional de alguien cuyo lenguaje principal es «tiempo de calidad» esta vacío, se generan actitudes de crítica hacia aquello a lo que su pareja, hijos o padres, le dedica tiempo, sea su trabajo, sus intereses o lo que sea y estará sacando a la luz lo que hace mucho tiempo no hacen, como: es que ya no vamos de vacaciones, o ya no salimos a comer fuera, ya no te intereso, etc. Solo hay obligaciones por compromiso o para que el otro no se enfade. (dejar pasar el tiempo).
Lo importante de este lenguaje, es estar juntos compartiendo, se puede estar en la misma casa, aún sentados uno al lado del otro, pero a mucha distancia. Es pasar tiempo juntos, enfocados no en la actividad en si, sino en centrar la atención en el otro. Pueden ir a hacer deporte juntos, o simplemente salir a caminar y charlar. Aquí entra algo muy importante: la conversación de calidad: escuchar atentamente y hacer preguntas sin importunar y con el deseo de entender sus pensamientos, sentimientos y deseos. Nunca interviniendo y dando opiniones, tratando de solucionar o imponer pensamientos propios, a menos que sean pedidos.
La clave para una conversación de calidad , es aprender a escuchar. Debemos aprender a hacerlo si queremos expresar amor. Una conversación de calidad se concentra en lo que escuchamos. Y saber escuchar implica:
1. Mantener contacto visual cuando hablas con tu cónyuge. Eso impide que tu mente vague y le asegura toda tu atención.
2. No escuches a a tu cónyuge y hagas otra cosa al mismo tiempo. Recuerda, el tiempo de calidad le da toda la atención a la otra persona. Deja completamente todo lo que estés haciendo y concentrarte en escuchar.
3. Escucha los sentimientos. Pregúntate: Qué emociones está experimentando mi cónyuge. Cuando creas tener la respuesta, confírmalo. Eso dala posibilidad de aclarar sus sentimientos e indica que estás escuchando con atención.
4. Observa el lenguaje corporal. eso muestra como se está sintiendo el otro. Puños apretados, manos temblorosas, lágrimas, etc. A veces las palabras dicen algo, pero el lenguaje corporal muestra otro mensaje.
5. Niégate a interrumpir. La meta es descubrir pensamientos y sentimientos. Si doy toda mi atención evitare hacer comentarios, dar opiniones o juzgar, cuando lo único que se requiere es escuchar.
Las actividades de calidad pueden incluir cualquier cosa en que uno o ambos tengan interés. El énfasis no está en qué hacen , sino en por qué lo hacen. El propósito es experimentar algo juntos y marcharse sintiendo que «se preocupa por mi. Estuvo dispuesto(a) a hacer algo conmigo que disfruto, y lo hizo con una actitud positiva». Esto es amor, y para algunas personas, es la voz más alta del amor.
Tomado del libro «Los cinco lenguajes del amor» de Gary Chapman.