Y decía a todos: Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, tome su cruz cada día, y sígame. Lucas 9:23
Sin duda alguna uno de los sucesos mas importantes y de lo que se habla y se seguirá hablando hasta el fin de los tiempos, es la VIDA, MUERTE Y RESURECCIÓN DE CRISTO. Todas las historias provocan un antes y un después en la vida de sus lectores, pero ninguna se compara con la historia de aquel hombre que murió en la Cruz para salvar a la humanidad de la esclavitud del pecado.
Para nosotros LA CRUZ puede significar meramente a un Jesús salvándonos de la esclavitud del pecado y poder asi disfrutar de una vida eterna, pero para Él significa dolor, sufrimiento; pero también entrega y amor. Para Él la cruz significaba pasar por un tipo de muerte humillante que los seres humanos no quieren pasar. Pero en realidad ¿qué significa tomar la cruz? significa estar dispuesto a morir a nuestro YO para seguir a Jesús, Esto se llama “morir a sí mismo.” Es un llamado a la entrega absoluta. Cada vez que Jesús mandó a llevar la cruz, Él dijo: “Porque el que quiera salvar su vida, la perderá, pero el que pierda su vida por mí, la salvará. ¿De qué le sirve al hombre ganar el mundo entero, y sin embargo pierde o se destruye a sí mismo? “(Lucas 9:24-25).
A pesar de que el llamado es duro, la recompensa es inigualable.
La orden de tomar la Cruz es mucho mas que un símbolo de las dificultades experimentadas en este mundo. Cualquier persona sea un seguidor de Jesús o no estará excepto a pasar por altibajos y momentos difíciles, tomar la Cruz es un acto de valentia y entrega, es conocer lo que hay detrás de ese suceso, es estar dispuestos a que independientemente de lo que estés pasando puedas ver a Jesús y decir: QUIERO TIRAR LA TOALLA, QUIERO DEJARLO TODO PERO AÚN ASÍ TOMARÉ MI CRUZ ME NEGARÉ A MI MISMO, A LO QUE QUIERO, A LO QUE SIENTO E IRÉ EN POS DE TI. Muchas personas por no querer tomar la cruz y negarse a sí mismos prefieren divagar en los deseos de este mundo y hundirse en los deleites del pecado, pero yo digo de que si entendieran este misterio se darían cuenta de que realmente vale la pena, de que todo lo que hagamos para Dios tiene su recompensa.
Seguir a Jesús es fácil cuando en la vida se ejecuta sin ningún tipo de problemas, nuestro verdadero compromiso con Él se pone de manifiesto durante las pruebas. Jesús nos aseguró que las pruebas vendrán a sus seguidores (Juan 16:33). El discipulado exige sacrificio, y Jesús nunca ocultó ese costo. Por eso Jesús siempre les dijo a sus discípulos el precio de convertirse en seguidores de su persona, les enseñó con mucho esmero de que iban a pasar por muchas aflicciones pero que confiaran en Él porque ha vencido al mundo. en pocas palabras les dijo: ¡no se preocupen por el peso de su Cruz, yo ya he vencido! ¿y sabes que? si Él venció nosotros también hemos vencido.
El compromiso con Cristo significa tomar su cruz cada día, abandonando sus esperanzas, sueños, posesiones, incluso su propia vida (si es necesario) por la causa de Cristo. Sólo si voluntariamente, toma su cruz puede ser llamado su discípulo (Lucas 14:27). Jesús siguió Su llamado de morir a Sí mismo (“Toma tu cruz y sígueme”) ¿Qué tal si nosotros hacemos lo mismo? “Porque el que quiera salvar su vida, la perderá, pero el que pierda su vida por causa de mí la encontrará” (Mateo 16:25-26).
¿Cómo se llama tu cruz? ¿estás dispuesto/a a tomarla?
VALE LA PENA TOMAR LA CRUZ Y SEGUIR A JESÚS.