A lo largo de nuestra vida conocemos a muchas personas, unas van y otras vienen y son muy pocas las que se quedan contigo a formar parte de tu mundo y se convierten en verdaderas amistades. Esas personas llegan de la nada y se convierten en tu todo, se vuelven piedras preciosas para tu vida, personas que vienen a decorar tu mundo y luego un día te das cuenta de que no puedes vivir sin ellas porque amas cada una de sus locuras, de sus detalles y de sus extrañas maneras de ver la vida. Pero, hoy en día la amistad es algo que está sobrevalorada. Lastimosamente en el camino perdemos gente que realmente nosotros considerabamos «amigos» y se vuelven simples conocidos.
Es bueno tener una mano amiga que te sostenga, que te levante los brazos en medio de la guerra tal como lo hicieron Aarón y Hur con Moisés (Éxodo 17:12) O incluso llegar a tener las mismas creencias que tus amigos y estar dispuesto a morir por ellas, no le temes a la muerte porque si mueres vas directo al cielo. Te sientes confiado porque sabes que Dios está contigo pero sobre todo porque sabes que no vas a morir sólo, que tus amigos están ahí; este es el caso de Sadrac, Mesac y Abed-nego (Daniel 3) ¿Y que podemos decir de Abraham? el padre de la fe. Su fe y su obediencia le llevaron a ser amigo de Dios.
La amistad es una relación afectiva que se establece entre dos o más personas y comparten valores tales como: el amor, la lealtad, la confianza, la sinceridad entre otros. Los amigos son la familia que escogemos y los compañeros para toda la vida. Los amigos son ese soporte para que te puedas mantener de pie. ¿Amistad verdadera? En lo personal para mí eso, tiene mucho peso. La Biblia nos dice en el libro de Proverbios 17:17 «en todo tiempo ama el amigo, y es como un hermano en tiempo de angustia. Justamente en eso consiste la amistad verdadera. No hace falta definir lo que significan esas palabras «en todo tiempo» porque sabemos el significado de ella. Ahora bien tengo que decir que así como ganamos amigos así también perdemos, si bien es cierto de que cada persona cumple un periodo de tiempo en nosotros, forman parte de nuestra vida pero después se van. Dios las pone en nuestra vida para que vengan a sembrar en nosotros lo que tengan que sembrar, para enseñarnos lo que nos tienen que enseñar, para impartirnos lo que nos tienen que impartir. Seamos agradecidos con ellas pero nunca les guardemos luto. Y pues si, hay algunas amistades que se van asi de la nada porque la verdad, nunca fueron amistades verdaderas. Un buen amigo es fiel, es aquel que está contigo en las buenas, en las malas y en las peores, se acuerda siempre de ti en todo momento, y mucho más en tu ausencia.
Amigo es aquel que te ofrece su amistad, que te demuestra su verdadera amistad con hechos. Tal como lo hace el hombre más maravilloso del mundo entero JESÚS. Sólo un verdadero amigo está dispuesto a morir por ti.
Termino con esto: la base con la cual se fundamenta la amistad es el amor, sino se quiere a la persona de corazón, como nos queremos a nosotros mismos, no será una amistad verdadera. Si amamos a Dios, con ese mismo amor que Él nos ha dado debemos de amar a nuestros amigos. La amistad no se dice se demuestra: «el hombre que tiene amigos ha de mostrarse amigo; y amigo hay más unido que un hermano» Proverbios 18:24. Entre más amor demos, más unidos seremos con nuestros amigos.
La verdadera amistad se prueba ante las dificultades y los problemas. Son amigos fieles aquellos que permanecen antes, durante y después de las tribulaciones.