Bienvenidos de nuevo a mi blog. En esta ocasión les comparto un nuevo extracto del primer capítulo de mi nuevo libro Venciendo la depresión en tiempos de crisis, espero que lo disfruten.
Este virus puede estar matando de manera muy silenciosa a muchas personas que en sus casas pasan este tiempo de pandemia, y es aquí donde nace la voz de Dios a mi corazón para escribir este libro, pues un día aprendí que precisamente en el idioma chino la palabra crisis significa problema, pero también oportunidad, y eso es justo lo que quiero sacar de esta crisis, una oportunidad para que seamos mejores padres, mejores pastores, mejores maestros, o mejores amigos, y tengamos finalmente una mejor sociedad y un mejor mundo.
Según la OMS (Organización Mundial de la Salud), para el 2018 más de 350 millones de personas en el mundo padecían de depresión, lo que representa casi un 5 por ciento de la población mundial. Es decir, este virus silencioso mata más seres humanos que muchas de las famosas y mencionadas enfermedades.
La depresión se debe entender como un trastorno mental, y es ahí donde esta pandemia toma mas relevancia, porque ¿cuánta gente puede mantener su mente centrada y en paz, mientras pierden su empleo, esperanza de vivir, y aun familia alrededor suyo? Pero quiero decirte que al igual que un día próximo saldrá la vacuna contra el COVID 19, de la misma manera tenemos solución contra el virus de la depresión.
Ahora bien, este mundo actual tendrá que ser reinventado, de lo contrario sufriremos más de lo que estamos pasando, porque dígame si no es ridículo que hace unos meses atrás en Italia se pagaban 140 millones de euros por el fichaje de un futbolista profesional, y hoy ningún dinero alcance para salvar vidas en este país.
La plaga toca todas las esferas del mundo, incluyendo la iglesia, y ¿por qué? Porque aún estamos en este mundo, y es imposible escapar del efecto de lo que está ocurriendo. Pero entonces ¿cuál es la diferencia nuestra con relación al resto del mundo? Pues que nosotros caminamos en promesas y pactos diferentes para con Dios, y eso nos diferencia en estas circunstancias.
La crisis de los años 2008-2009, llevó a mucha gente a morir de depresión por la debacle económica que sufría el mundo, pero ahora no estamos viviendo una crisis económica solamente, sino que este virus desatará una crisis a nivel global en toda esfera de vida. Entonces, si fueron tales los efectos de una crisis mundial por temas económicos, pensemos en los devastadores efectos de esta pandemia que literalmente paralizó al mundo en absolutamente todas sus áreas.
Lo que pretendo llevar al corazón de mis lectores es una palabra de análisis crítico sobre lo que estamos viviendo; un análisis de los funestos efectos de una depresión no manejada de manera prudente. Pero le estoy hablando a toda clase de persona sin importar su religión, dogma o credo, ya que se deprime el religioso, el ateo, el intelectual, el de bajo conocimiento, el rico, el pobre, el sabio o el ignorante.
Sé que estás a tiempo de revisar tu estado de ánimo, y la visión de lo que tiene que venir sobre esta tierra, y por eso ¡créeme que saldremos de esta! Recuerda que fuiste diseñado para vivir tiempos difíciles, y con el poder sobrenatural de Dios seremos llevados en victoria.
Si les ha gustado esta lectura, compartan este breve extracto y suscríbanse a mi blog. Y si quieren seguir leyendo, pueden adquirir el libro aquí.