La restauración del carácter

El mayor obstáculo que tenemos como seres humanos al querer cumplir nuestro propósito inherente en esta tierra es la falta de carácter. Pero ¿por qué el carácter? Para responder está pregunta primero definamos lo que significa carácter:

Carácter es: el compuesto de características mentales y éticas que marcan y con frecuencia individualizan a una persona, grupo o nación. Para definir un poco esto, carácter es lo que nosotros somos realmente, exactamente lo que somos cuando nadie nos ve.

El problema de hoy en día es que tenemos un déficit muy bajo de carácter, en teoría es nuestro sistema de seguridad. La falta de carácter trae inestabilidad a nuestra vida la cual nos conduce al fracaso y por más que nos esforcemos en querer ser exitosos hasta que no cambiemos nuestro CARÁCTER nuestras obras seguirán siendo las mismas, en resumen seguiremos fracasando una y otra vez. Necesitamos tener un cambio de carácter, necesitamos restaurar la esencia que Dios nos dio. Esta restauración empieza cuando hay un reconocimiento del valor que Dios puso en nosotros como creación y como sus hijos, su obra más preciada.

Como el mundo está cada vez más corrompido constantemente perdemos de disfrutar de la naturaleza divina que podemos obtener a través de una relación íntima con Dios, de una comunión con nuestro Creador. Dios en su bendita misericordia inició un plan para restaurar el carácter de la humanidad. Ese plan implicaba darnos una naturaleza renovada mediante la cual podríamos de nuevo compartir su carácter y seguir al pie de la letra cada uno de sus principios que nos dan vida. Este plan sólo podía ser posible si se producía un intercambio; es decir: cambiar una cosa por otra. Por eso Dios mostrando el incomprensible amor que nos tiene y en su búsqueda de devolvernos nuestra esencia y tener su carácter, entregó lo más valioso para Él: Su hijo amado.

Jesús vino a la tierra no sólo para morir en la cruz y traernos vida y perdón a nuestros pecados, sino que también vino a la tierra para restaurar la imagen de Dios en nosotros que se perdió cuando el pecado entró a la humanidad.

Nadie puede ser restaurado a la naturaleza de Dios excepto por medio de Jesucristo.

Jesús, el hijo de Dios, era el único que podía representar a Dios en la tierra a fin de reparar la brecha que había entre la humanidad y nuestro Creador, y así producir una plena reconciliación y restauración de nuestra esencia y de nuestro CARÁCTER que nos llevará a hacer las cosas a la manera de Cristo. Eso es lo que nuestro Dios quiere, que nos parezcamos más a Él y menos al mundo, que su voluntad sea nuestra voluntad. Jesús sabía que necesitábamos tanto el carácter de Dios porque en tiempos de crisis y angustia, es lo único que nos sostiene.

Jesús vino para devolvernos nuestro CARÁCTER. Ese que Dios había puesto en nosotros cuando nos creo.

Cuando reconocemos y aceptamos lo que Él hizo en la cruz por nosotros, somos restaurados y recibimos la naturaleza de Dios en nuestro interior. Esto nos capacita para experimentar una transformación mediante la cual podemos manifestar la imagen de Dios.

Vamos a experimentar un proceso de continuo crecimiento y maduración dependiendo del modo en que manifestemos la naturaleza de Dios.

-Dr Myles Munroe

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Publicado por Jossy Martínez.

Con amor eterno te he amado; por tanto te prolongué mi misericordia. Jeremías 31:3.

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