Acaba de terminar un año, y al igual que en los anteriores, surge en nosotros la necesidad de establecer y planificar metas para cumplir en el año que comienza. Y eso es así porque nuestra mente funciona de esa manera. Es como si al entrar en un nuevo año creyésemos que encontraremos las fuerzas que de alguna manera se perdieron a lo largo de los días, semanas y meses del año anterior, por el mero hecho de visualizar un nuevo ciclo de 365 días, o 52 semanas, o 12 meses, por delante, que apenas acaba e comenzar.
Esta forma de pensar forma parte del diseño divino de Dios para nuestras vidas, y cuando lo usamos, no como excusa para dejarlo todo para después, sino como el aliciente necesario para perseverar en aquello que nos proponemos, entonces cumpliremos cada meta, propósito, anhelo o sueño que seamos capaces de vislumbrar.
La buena noticia, la cual me ha motivado para ponerme a escribir a las 4 de la madrugada de un 1 de enero, es que para este año que comienza no sólo contamos con esa visión esperanzadora que se renueva cada primer día del año, sino que este es un año que abre un nuevo ciclo profético de Dios para aquellos que se alineen con su voluntad, el cual será caracterizado por el «cumplimiento«. ¿El cumplimiento de qué? Quizás te estés preguntando mientras lees estas líneas. Sencillo, el cumplimiento de muchas de sus promesas, el cumplimiento de palabras proféticas que no habían visto la luz, el cumplimiento de visiones que habían estado estancadas, y el cumplimiento de propósitos que estaban detenidos, o parecían imposibles de retomar o culminar.
¿Y por qué este 2020 abre un ciclo de cumplimiento? Bueno, para dar respuesta a esa pregunta debo pedirte que actives tu fe, pues la explicación no se fundamenta en un razonamiento mental, sino en una revelación espiritual. Veámosla a continuación:
En la biblia, cuando se quiere enfatizar lo que se va a decir, o para imprimirle mayor veracidad al texto o afirmación, se suelen usar expresiones que contrastan significados, o expresiones duplicadas, de modo que quien lee o escuche tenga la total y absoluta seguridad de que lo que se va a decir, o se está diciendo, será hecho sin lugar a dudas, o en algunos casos, sin demora. Por ejemplo, Los libros poéticos como Proverbios, Salmos o Cantares, suelen contrastar algunas de sus estrofas con otra estrofa de idéntico significado, para mostrar una reiteración en su significado. Otro ejemplo, esta vez más claro, es una expresión usada frecuentemente por Jesús cuando se dirigía a sus oyentes. Esta expresión es: «De cierto, de cierto.»
Por tanto, el año 2020, que es la repetición de la cifra «20» es un año en el que proféticamente llegaremos al cumplimiento de lo que Dios nos ha hablado durante los años anteriores, o nos hemos propuesto sin resultado. Pero esto no quiere decir que de repente, sin esfuerzo, disciplina o trabajo, todos nuestros sueños se hagan realidad como por arte de magia, por el hecho de estar en el 2020, sino que quiere decir que en el calendario divino de Dios, el cual funciona por ciclos y temporadas, ha comenzado un nuevo ciclo de favor y gracia para llegar al cumplimiento de aquello que, por nuestros propios medios, y sin esta activación, no seríamos capaces de alcanzar.
Así que espero y declaro que este nuevo año 2020 es un año lleno del favor de Dios sobre tu vida, para que llegues al cumplimiento de todo lo que te propongas, y veas cumplidas las promesas de Dios sobre tu vida. Sólo tienes que creerlo por la fe, y lo verás hecho.
Sin más, ¡te deseo un muy feliz año nuevo, lleno de sueños y metas cumplidos!
CRECER EN CONOCIMIENTO 