Me siento muy feliz por la publicación, este pasado 10 de noviembre, de la 3ª edición de mi primer libro titulado «Cultura, tradición vs. principios del reino sobrenatural», junto con mi editorial, Crecer en Conocimiento.
Es por esto que he decidido compartir algunos extractos de lo que podréis leer en el libro, para que podáis comprobar que es un libro que transformará vuestras mentalidades, y por ende, vuestras vidas, a través de los principios que en él os enseño.
Sin más, veamos un último extracto del capítulo 1, titulado: «Los principios de Dios».
Las promesas están condicionadas por los principios
Hay gente que reclama y declara promesas que nunca les vienen a sus vidas. No importan cuanto oren, ayunen o vengan a la iglesia, todo lo que declaran no se materializa porque no viven una vida basada o fundamentada en principios. Es necesario tener claro que todas las cosas del Reino de Dios están conectadas a los principios que el Rey Soberano ha establecido.
Si los principios de Dios no son el fundamento de nuestras vidas, no importa cuántas cosas declaremos o confesemos, puesto que sus promesas están basadas en sus principios. Para reclamar las promesas de Dios en su Palabra es imprescindible vivir bajo los principios de Él, de lo contrario estaremos destinados al fracaso.
Toda conducta fuera de los principios está fuera de Dios.
Es de vital importancia entender las palabras de Jesús cuando dijo:
“Y a ti te daré las llaves del reino de los cielos; y todo lo que atares en la tierra será atado en los cielos; y todo lo que desatares en la tierra será desatado en los cielos.” (Mateo16:19)
Nótese que el término “llaves” está en plural, lo que denota que existe más de una. El texto bíblico nos dice que en el reino hay llaves que abren y cierran. Estas llaves significan los principios del Reino por los cuales podemos atar y desatar las bendiciones de Dios, a través de las cuales se pueden abrir las puertas del cielo para materializar las bendiciones celestiales aquí en la tierra. En otras palabras, Dios nos ha dado principios o llaves para que a través de ellas activemos sus bendiciones.
Todo en el reino tiene que ver con principios.
De la misma forma que en una casa se pueden tener muchos electrodomésticos, los cuales tienen la promesa del fabricante de que van a funcionar, si se intenta que funcionen y no se logra, se puede pensar que esas promesas no son reales. Con toda razón uno se puede sentir engañado. Pero para que todo electrodoméstico funcione, es imprescindible el uso de la energía eléctrica, de lo contrario el propósito por la cual se creó el artefacto, y que materializa la promesa del fabricante, se verá frustrado. Le pregunto: ¿Es un problema del electrodoméstico? ¡No! Simplemente las promesas del fabricante quedan anuladas por la falta de conexión a la fuente que le provee la energía.
De la misma manera, la falta de conexión con la Fuente del Reino, que es la mismísima persona del Rey, hace inútiles todas las promesas que registra la Sagrada Escritura. A medida que vivimos bajo los principios de Dios, estamos conectados a la Fuente que abre las puertas a las bendiciones. Es absurdo pretender materializar promesas cuando no se viven los principios que marca el Rey, pues para ello se tiene que vivir en los principios del Reino.
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CRECER EN CONOCIMIENTO 