Aspectos básicos de toda transición Pt3

Desde el lugar de partida hasta el lugar de llegada no hay suelo, ni camino que le sujete, ni brújula. Solo le mantiene la fe.

Por la fe Abraham, siendo llamado, obedeció para salir al lugar que había de recibir como herencia; y salió sin saber a dónde iba. (Hebreos 11:8)

Cuando Dios llamó a Abraham para mostrarle su promesa, lo estaba preparando para hacer una transición en su vida. Tal sería esta transición, que Dios incluso cambió su nombre, su lugar de morada y todo aquello que le daba identidad hasta ese momento. Parafraseando lo que dice la biblia, Dios le dijo algo como “Abraham sal porque voy hacer una transición en ti, de ser un idólatra a ser el padre de la fe y padre de naciones. Voy a cambiar tu mentalidad y tu carácter. Trataré con tu obediencia y con tu confianza en mí. No sabes dónde vas, pero tu brújula será la fe.”

Lo que Dios quiere decir con el ejemplo de Abraham es que lo único que nos debe mantener es la fe. Si la apartamos de nuestra vida perderemos la bendición de llegar al otro lado, y fracasaremos. Muchos dicen “Si yo tuviera dónde ir, y alguien me apoyara. Si alguien me diera seguridad y respaldo. Si hubiera provisión, si todo fuera tangible, si estuviera todo controlado, lo haría.” Pero estas personas están equivocadas, porque lo que a usted le sostiene no son las conexiones, ni las posiciones, ni los talentos, sino la fe.

Creerle a Dios es caminar sin haber caminos, sostenerse sin un lugar donde poner los pies, luchar sin armas, ganar sin posibilidades, comprar sin dinero, resistir sin fuerzas, llegar sin saber a dónde va, ver a oscuras, creer antes de ver, guiarse por la verdad y no por los hechos. Cuando Dios le llama a una transición muchas veces no hay ni medios, ni mapas, ni posibilidades, ni camino, sino que cada paso es un acto de fe, es caminar en las aguas y sostenerse.

¿Para qué necesitas la fe?

Toda transición necesita un paso de fe. Si lo único que tienes es su palabra, su llamado, pero no actúas en base a ella, no es suficiente.

Mas a la cuarta vigilia de la noche, Jesús vino a ellos andando sobre el mar. Y los discípulos, viéndole andar sobre el mar, se turbaron, diciendo: ¡Un fantasma! Y dieron voces de miedo. Pero en seguida Jesús les habló, diciendo: ¡Tened ánimo; yo soy, no temáis! Entonces le respondió Pedro, y dijo: Señor, si eres tú, manda que yo vaya a ti sobre las aguas. Y él dijo: Ven. Y descendiendo Pedro de la barca, andaba sobre las aguas para ir a Jesús. Pero al ver el fuerte viento, tuvo miedo; y comenzando a hundirse, dio voces, diciendo: ¡Señor, sálvame! Al momento Jesús, extendiendo la mano, asió de él, y le dijo: ¡Hombre de poca fe! ¿Por qué dudaste? (Mateo 14:25-31)

En esta ocasión, al ver que sus discípulos estaban asustados al verle de lejos, Jesús dijo “Yo soy, no temáis” Y acto seguido, Pedro demandó de Jesús una palabra para aferrarse a ella en fe y caminar sobre las aguas, y cuando Jesús se la dio comenzó a caminar en fe, pero en algún momento dejó de imperar la fe sobre el temor, y éste terminó por hundirle en las aguas. ¿Porque se hundió? Jesús mismo se lo declaró, por ser un hombre de poca fe. Aun así, fíjese cómo con poca fe, Pedro pudo caminar sobre las aguas. ¿Se imagina llegar a tener siquiera un nivel de fe como ese?

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Publicado por apostoljesuslosa

Fundador y pastor principal de la iglesia El Rey Jesús Madrid. Durante décadas ha dedicado su vida a la transformación de una generación muy influenciada culturalmente, enseñándoles los principios del reino de Dios.

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