Todos hemos nacido a través de una madre y un padre, ellos dos al tener una experiencia íntima fuimos engendrado. Entonces, ¿saliste de la nada? ¿De dónde salieron tus padres?
“Porque en él fueron creadas todas las cosas, las que hay en los cielos y las que hay en la tierra, visibles e invisibles; sean tronos, sean dominios, sean principados, sean potestades; todo fue creado por medio de él y para él.” (Colosenses 1:16)
El mundo es muy complejo para aplicar teorías que rigen a una sociedad atípica o atea, negando la existencia de Dios por completo. No he visto que un robot se construya de la nada, o a través de unos brazos robóticos sin una inteligencia humana, para diseñar y acoplar las piezas en su debido lugar, sumándole sus cálculos matemáticos correspondiente. Mirémoslo de esta manera, usted recoge un puñado de metales bien pequeños, lo riega sobre una mesa, acto seguido toma un imán y lo comienza a pasar por encima de estos metales, y de seguro no quedarán bien organizados los metales al unirse en el imán. Algo tan sencillo es muy fácil de entender, sin embargo si llegas a mirar alrededor tuyo, ves la complejidad de la naturaleza en el mundo que te rodea y piensas que como el imán no reúne los metales organizadamente así la teoría del Big Bang tampoco reúne los requisitos para dar una afirmación completa de que el mundo se haya auto creado por si sólo sin una inteligencia Sobrenatural, la cual se llama Dios, procreando algo tan perfecto, tan complejo, y maravilloso universo.
En Cuba, hay muchos autos rusos de la marca Lada. Me llama la atención algo, por mucho que los cubanos les hacen arreglos y remiendo a ese tipo de auto, al final de todo se sigue pareciendo y entendiendo que es un auto Lada. No importa cuanto el hombre y la ciencia quiera exterminar, y negar la existencia del evangelio de Dios Todopoderoso, al final de tantos esfuerzos y tanta modificaciones, no podrán ocultar la verdad a la humanidad, solo a aquellos que no la quieran reconocer, por eso dice el salmista en el libro de los Salmos 119:28-31 “Se deshace mi alma de ansiedad; susténtame según tu palabra. Aparta de mí el camino de la mentira, y en tu misericordia concédeme tu ley. Escogí el camino de la verdad; he puesto tus juicios delante de mí. Me he apegado a tus testimonios; oh Jehová, no me avergüences.” Él fue quien nos diseñó, porque no he escuchado a ninguna madre decir: a mi hijo le voy a poner este tipo de cabello, esta carita, el color de la piel del cuerpo, el físico y el sexo, ¡no! Tienes que aceptarlo tal y como el Padre te lo da.
En Juan 17:17b, Jesús oró al Padre y dijo: “Tu palabra es verdad”. Por eso ves a las personas del mundo que leen, estudian, piensan, razonan, escuchan, hablan, se relacionan con otros y nunca llegan a conocer la verdad real de las teorías realizadas por un grupo de ateos, influenciando a una sociedad que ha sido dañada por si misma, y como dice un refrán popular en Cuba: la culpa no cae sobre el suelo, y si el ser humano no quiere reconocer que el mundo y la vida se desvanece por su causa, entonces es más fácil buscar teorías y palabrerías que no han sido aprobada en su totalidad, escondiéndose a través de un título, para extinguir el evangelio.
Un día leí acerca de los beneficios de estudiar la Palabra de Dios y se ilustraba un ejemplo lo cual quiero compartir con ustedes. Franz Kafka escribió que un hombre caminó hacia un baño. Dentro había un hombre sentado ante una bañera, con una caña de pescar en las manos. El solitario desconocido le dijo: “¡Oiga! ¿Qué está haciendo?”.
El hombre contestó: “Estoy pescando”.
El extraño miró dentro de la bañera y dijo: “Pero si en la bañera no hay peces ni agua”.
El hombre dijo: “Lo sé”, y siguió pescando.
“Eso es la educación superior sobre la existencia de la vida”. ¿ Lo ve? El hombre ha perdido la verdad. Es fantástico darse cuenta que cada vez que tomamos la Biblia tomamos la verdad, porque es Palabra de Dios. Fíjate si es verdad, que los libros que componen la Biblia están escrito hace muchos años, y aún en la actualidad, usted lo lee, y parece que es reciente su publicación, porque te habla en un contexto real, y se cumple lo dicho en ella. Entonces observas a los científicos que se contradicen entre ellos mismos, nunca llegando a una firme conclusión sobre la verdad de la vida. “En el principio creó Dios los cielos y la tierra.” (Génesis 1:1)
Reina-Valera 1960
1ª Juan 2:21
No os he escrito como si ignoraseis la verdad, sino porque la conocéis, y porque ninguna mentira procede de la verdad.