Las perlas son hermosas, pero muchos no saben que son el producto del dolor. Toda perla es el producto de una ostra que ha sido herida por un grano de arena que ha entrado en su interior. Una ostra que no ha sido herida por un grano de arena no puede producir ninguna perla.En la parte interna de la ostra se encuentra una sustancia llamada “Nácar”y cuando un grano de arena ha penetrado en la ostra, ésta lo recubre con capas de nácar para poder protegerse. Como resultado se va formando una bella y deslumbrante perla.
Una Ostra que no fue herida de algún modo no produce perlas, pues las perlas son heridas cicatrizadas.
En Mateo 13:45 dice:
«También el reino de los cielos es semejante a un mercader que busca buenas perlas»
Así mismo es el cristiano que cubre sus heridas con capas de amor. Desgraciadamente son pocas las personas que se interesan por hacer esto. La mayoría aprende sólo a cultivar resentimientos, falta de perdón y dolor, dejando las heridas abiertas, alimentándolas con varios tipos de sentimientos, y pensando sólo en lo que sucedió, o en la persona que te dejó o lastimó, y por lo tanto, no permitiendo que cicatricen.
Así, vemos que son muchas “Ostras Vacías”, no porque no hayan sido heridas, sino porque no saben perdonar, comprender, y dejar el pasado atrás transformando el dolor en perdón y amor.
“El perdón no se siente, sino que se decide” Decide perdonar, decide ser libre.